Ahí estábamos los dos, solos a a orilla del mar
Juntos de la mano, a punto de nuestros labios besar
Él me mira con sus ojos dormilones con brillos de luna
Ese momento no lo cambio por fortuna ninguna.


Me acaricia la cara, erizándome la piel
Ansiosa por probar esos dulces labios de miel
Solo escucho su voz, las olas del mar creo que son mudas
Lo amo con todo mi todo mí ser, de eso no tengo dudas.

Es la primera vez que te tengo así tan cerca
Solamente ayer, ni de mi te dabas cuenta
Me siento afortunada de tenerte aquí en frente
Mirándote a la cara, ¿dónde te fuiste de repente?

Ya no estabas aquí, solo una almohada fría, desperté.
Tristemente, un sueño, imaginación, una vez más, te soné
Nunca te podré tener, al menos te seguiré soñando
Mientras que mis esperanzas como palomas siguen volando.

Estás en mis mañanas, en mis tardes, en mis noches, te sueño a diario
Aunque cuando despierto me invade el triste amanecer solitario.